Nacer mujer es súper diferente al nacer hombre. Sobre todo, si fuiste criada en el machismo por mujeres y hombres que nunca cuestionaron esas crianzas. Sobre todo, si naciste en una casa donde el papá trabajaba, era el proveedor y la mamá solo se encargaba de las cosas de casa. Donde a las mujeres se les enseñaba a cocinar y a atender a los hombres “de la casa”.
En el colegio nos hacían la pregunta de qué quieres ser cuando grande y mientras muchas contestaban diciendo “ser mamá” no había otro rol en la educación cristiana y de monjas.
Es difícil ser mujer, desde pequeña no podía jugar a ciertos juegos “porque eso no es para una niña”, pasaban los años y seguía viendo cosas así. Tenía que tener cuidado cuando salía, porque me podía pasar algo en alguna fiesta, en la calle o en el metro-micro. En mi adolescencia fue mi primer acercamiento con “los piropos callejeros” que siempre me incomodaron y me hacían sentir insegura. Cuando entré a mi primer año de universidad la realidad me pegó de frente y el profesor de esa época hacia un chiste machista de como las mujeres deberíamos estar en la cocina o casadas en vez de estar en el aula y en su clase.
Con mi primer trabajo también encontré lo difícil que es ser mujer, en una entrevista me preguntaban cosas como “piensas tener hijos o estas embarazada”, los años posteriores me di cuenta de que era ilegal esa pregunta, pero también me di cuenta de que muchas cosas ilegales las empresas las hacían igual. Ya con pareja estable la pregunta era “cuando van a tener hijos mira que las mujeres tienen hasta una edad biológica para tenerlos” o “cuando se casan”.
Nos criaron en una sociedad donde nuestro valor estaba en ser sumisas, calladitas y señoritas.
Leer sobre la realidad de otros países también te cambia, en algunos las mujeres si quieres salir a la calle debes hacerlo con algún familiar hombre o tu marido, en otros lugares debes llevar burka, en otros tantos países la mujer es un objeto o un adorno.
Hacerse consciente de todas estas situaciones tampoco es fácil, años de reflexión sobre mi propia historia, hablar estos temas en círculos de amigas, meses de terapia…para poder llegar a estas conclusiones. No cualquiera se hace consciente de estas cosas, pueden pasar años y puedes vivir toda una vida no cuestionado o reflexionado sobre porque eres como eres.
Por eso si tú has llegado hasta este párrafo leyendo…y eres hombre o mujer te insto a poder reflexionar sobre este tema, cuestionar tu crianza y las conductas que has tenido a través de los años, si eres mamá o papá poder darle una vuelta a tu crianza, así podremos ir avanzando como sociedad a algo menos prejuiciado y acorde a los nuevos tiempos.
